Presa de la Olla

La presa de la Olla fue construida por la necesidad de captar agua tras una inmensa
sequía. Su construcción inició en el año 1741, siendo alcalde mayor don Juan Jiménez. Y
fue terminada en 1749. La obra contó con el apoyo del virrey, pues la población
guanajuatense sufría mucho por falta de agua. La mitad del coste fue cubierta por el señor

Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi, primer Marqués de la mina de San Juan de
Rayas. Durante todo el siglo XIX la Presa de la Olla fue el abastecimiento único de agua
para la ciudad de Guanajuato, hasta que la Presa de la Esperanza.
Después en el año 1832, se llevó a cabo el entubamiento de las aguas de la Presa de la
Olla y el levantamiento del bordo. Y en 1849 se aumentó la cortina de la Presa. Ante el
aumento de personas en el lugar, se procedió a instalar faros de luz. Y, paulatinamente,
se fueron construyéndose palacios en la zona, ubicándose la zona como una de las más
cotizadas de la ciudad en su momento. En 1845 se levantó la torre cuadrangular que aún
se conserva y que durante mucho tiempo sirvió para que los más intrépidos saltaran
maravillosos clavados.
El patrono de la Presa de la Olla es San Juan Bautista, y se le celebra el 24 de junio. Hoy
en día, la Presa de la Olla, y sus contornos, constituyen uno de los paseos más atractivos
de la región. Y esto porque se trata de un parque grande con frondosos árboles.
¿Dónde está ubicada esta presa?
Te recomendamos empezar tu recorrido desde la Alhóndiga de Granaditas y de ahí
caminar a la presa. Sentirás que viajas a tiempos porfiristas y que te sumerges en el
pasado por las calles adoquinadas. No es necesario que contrates un tour como tal para
llegar al parque. Además, el acceso es gratuito y es recomendable llegar temprano para
sentarte en un lugar agradable para observar los paisajes de la zona.
El gran día de la apertura
El Día de la Apertura de la Presa de la Olla tiene su origen en el siglo XVIII cuando se
hacía la costumbre de limpiar la presa de la Olla. Con el paso del tiempo se convirtió en
una fiesta popular que tiene lugar el primer lunes del mes de julio. Durante estos días se
pueden comprar dulces, micheladas, fruta picada, papas fritas, panes, paletas y frituras,
entre otras golosinas. La Banda del Estado interpreta melodías tradicionales antes y
después de la apertura de las compuertas.

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